11 de abril de 2008

EN BICICLETA

Frío que parte mi boca y congela mi nariz,
sol que quema mi piel, calor que sofoca.

Contamino mi respirar
con la toxicidad de mi ciudad.
Ciudad de cemento que devora
y confunde mi verde mirar.

Puedo llorar y culpar al viento,
soñar y reír sin dar explicación.
Ser un espíritu libre,
libre como una hoja al viento.

Me detengo y veo pasar el tiempo
apresurado de los demás.
Las filas eternas de quienes
desean pasar pronto el trago amargo.

Que estrés, por lo menos yo
lo olvido pedaleando más y más,
al son de ritmos, melodías y letras
que estimulan el cuerpo y el alma.

Me asusto al ver que algunos
no se detienen ante nada,
que se mezclan en el bullicio
incesante de motores y bocinas.

Avanzo y avanzo, queriendo dejar
atrás este pasado que me atormenta,
que llena de dudas mi diario vivir.

El miedo me detiene,
mi futuro se hace incierto
y mi sentir... agónico.

LalyCe

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